Mito: Todas las personas con trastornos alimenticios están bajas de peso.
Realidad: Los trastornos alimenticios afectan a cada individuo a través de todo el espectro del peso. Los trastornos alimenticios no discriminan basado en el tamaño corporal.
Mito: Los trastornos alimenticios solo son una forma extrema de hacer dieta.
Realidad: a diferencia de hacer dieta, los trastornos alimenticios no se tratan solo de perder peso. Los trastornos alimenticios son problemas psicológicos con consecuencias físicas bastante graves.
Mito: Solo las chicas y las mujeres tienen trastornos alimenticios.
Realidad: Los trastornos alimenticios afectan a cualquier género. La evidencia muestra que la población transgénero y no binarios tienen un riesgo entre 2 y 4 veces mayor de experimentar un trastorno alimenticio en comparación a las personas cisgénero. De acuerdo a la Asociación Nacional de trastornos alimenticios, cada 1 de 3 diagnósticos en adolescentes son masculinos y los comportamientos de alimentación desordenada son en general tan común en varones como lo es en las chicas. De forma similar a las mujeres, el factor de riesgo para todos los géneros incluye ser un atleta de un deporte con requisitos de peso como la lucha, el remo, la gimnasia o deportes de resistencia como el atletismo, la carrera a campo traviesa, y la natación. Los estudios han demostrado que cerca de la misma cantidad de hombres y mujeres sufren de trastornos alimenticios. Los hombres con trastornos alimenticios pueden estar enfocados en ganar masa muscular, así que puede parecer que simplemente están “poniéndose en forma”.
Mito: Las personas eligen tener un trastorno alimenticio.
Realidad: Nadie elige tener un trastorno alimenticio. Una combinación de cosas puede desatar un trastorno alimenticio y la recuperación requiere mucho tiempo y apoyo por parte de la familia, los amigos y especialistas en trastornos alimenticios como terapeutas, nutricionistas y médicos.
Mito: Las personas con anorexia no comen nada.
Realidad: Aunque algunas personas con anorexia comen en pequeñas cantidades, algunas solo restringen las cantidades o los tipos de alimentos que comen. Por ejemplo, pueden solo comer alimentos bajos en grasas o calorías o alimentos que no posean carbohidratos. También pueden intentar esconder su trastorno alimenticio y tratar de comer lo que pareciera ser una cantidad normal cuando se esté con otras personas.
Mito: Los medios de comunicación son la causa de todos los trastornos alimenticios.
Realidad: El enfoque constante de los medios hacia la dieta, la pérdida de peso y ser delgado puede definitivamente contribuir a una obsesión poco saludable con respecto a la comida y el peso, pero el hecho de que una persona desarrolle o no un trastorno alimenticio tienen mucho más que ver con otros factores.
Mito: Solo se puede tener un tipo de trastorno alimenticio.
Realidad: Las personas con un tipo específico de trastorno alimenticio pueden desarrollar síntomas de otro trastorno alimenticio con el tiempo. Por ejemplo, algunas personas que restringen su ingesta de comida pueden desarrollar conductas de atracones o purgativa.
Mito: Es casi imposible recuperarse de un trastorno alimenticio.
Realidad: Una recuperación completa es posible, pero puede tomar un largo tiempo. La recuperación puede tomar meses o incluso años debido a que requiere algunos cambios en la forma en que la persona piensa y actúa con respecto a la comida, así como lidiar con el estrés, el trauma, el abuso y otros problemas psicológicos. También requiere de un equipo de especialistas para tratar todos los problemas que llevan al trastorno alimenticio. La recuperación raramente puede ser realizada sin ayuda profesional.
Mito: Solo las chicas blancas de la clase alta sufren de trastornos alimenticios.
Realidad: Los trastornos alimenticios afectan a todos los géneros, razas, edades y grupos socioeconómicos.
Mito: Los trastornos alimenticios no son tan graves.
Realidad: Los trastornos alimenticios son condiciones psicológicas muy graves que pueden llevar a problemas médicos muy serios. La mayoría de estos problemas médicos son un resultado de malnutrición (no ingerir nutrientes suficientes) o técnicas para perder peso como vomitar. También puede haber consecuencias médicas como resultado de este daño autoinfligido. Los trastornos alimenticios deben ser tomados seriamente y requieren tratamiento antes de que se vuelvan demasiado graves.
Mitos: Los trastornos alimenticios son raros.
Realidad: La prevalencia de vida de trastornos alimenticios completamente diagnosticados en la población de los Estados Unidos es de 5%, con una proyección estimada de hasta un 14,3% para individuos masculinos y un 19,7% para individuos femeninos.
Mito: No es posible ejercitarse demasiado.
Realidad: Es posible hacer ejercicio en exceso y puede ser realmente peligroso. Sobreejercitarse o “hacer ejercicio compulsivamente” es de hecho una forma de trastorno. Los deportistas compulsivos hacen del ejercicio su máxima prioridad, se sienten culpables cuando no se ejercitan y usan el ejercicio como una forma de “ganarse” o “quemar” la comida y se ejercitan en una cantidad obsesiva. Pueden ejercitarse a pesar de estar lesionados o enfermos o ejercitarse a pesar de las condiciones climáticas.
Mito: No es posible comer muy sano.
Realidad: Cuando alguien se obsesiona con solo comer alimentos que piensan que son “puros” o “naturales” y limitan su ingesta de comida a una selección muy estrecha de alimentos “sanos” o “limpios”, se puede producir una enfermedad llamada “ortorexia” y puede ser considerada una forma de TCANE. Las personas con ortorexia usualmente evitan comer alimentos “poco saludables” como las grasas, los conservantes, los ingredientes artificiales y la azúcar refinada. Limitando severamente los tipos de alimentos que comen, puede que no obtengan los nutrientes esenciales como el calcio y las grasas, lo cual puede llevar a malnutrición.