El tratamiento para un trastorno alimenticio es un proceso muy personalizado. Por lo tanto, hay diferentes tipos de tratamientos dependiendo de qué tan medicamente estable es la persona y qué tanto apoyo emocional necesita.
Qué esperar en cada nivel del tratamiento:
Ambulatorio: para alguien que está comenzando a presentar síntomas de un trastorno alimenticio o quien está pasando por una hospitalización intensiva o residencial (algunas veces llamado PAI). Hay dos tipos de métodos para un tratamiento ambulatorio: multidisciplinario y familiar.
Multidisciplinario: Este tipo de tratamiento usualmente involucra reuniones regulares con todos los miembros del equipo de tratamiento. Los proveedores médicos usualmente examinan el peso de los pacientes que se recuperan de un trastorno alimenticio 3 veces a la semana o una vez al mes. También puede que quieran examinar la presión arterial, el ritmo cardíaco y la orina para asegurarse de que el paciente esté tomando suficientes líquidos. Las reuniones con el terapeuta y el dietista pueden ser programadas semanalmente o cada dos semanas.
El tratamiento familiar: Este tipo de tratamiento pone a los padres y miembros familiares a cargo del proceso de recuperación. Los miembros de la familia controlan la comida del niño y ofrecen apoyo en cada comida y merienda con asesoramiento de un terapeuta licenciado que se especialice en tratamiento familiar. El tratamiento familiar usualmente se realiza en casa y puede involucrar solo el terapeuta familiar y un doctor, pero también pueden involucrarse otros profesionales de la salud. El enfoque del tratamiento es la recuperación de peso y el cambio de comportamiento. Una vez que se recupere el peso, el terapeuta se enfocará en los problemas de desarrollo normales del adolescente. Este tipo de terapia a veces es llamado el método “Maudsley”.
Programa ambulatorio intensivo (PAI): Este tipo de tratamiento está dirigido a personas que están en un proceso de transición del tratamiento al nivel residencial u hospitalización parcial hacia la escuela, trabajo, etc. o personas que no están listas o no requieran un nivel de tratamiento más alto. El tratamiento ambulatorio intensivo usualmente implica reuniones de grupo en la tarde entre 3 y 5 días a la semana. La cantidad de tiempo que se pase en el programa cada día varía dependiendo de los programas. Usualmente una comida es supervisada, la cual puede ser provista por el programa o llevada por el paciente.
Programa de hospitalización parcial (PHP): Este tipo de tratamiento ocurre durante el día y se proveen y supervisan entre 2 y 3 comidas junto a terapia grupal e individual y educación nutricional. Los pacientes usualmente atienden el programa parcial 5 días a la semana y se van a casa en la noche.
Residencial: Este tipo de tratamiento está dirigido a pacientes médicamente estables que necesitan un nivel de tratamiento bastante estructurado. Los pacientes viven y duermen en un centro con otros jóvenes. Los pacientes en programas residenciales tienes reuniones frecuentes con su equipo (terapeuta, dietista, enfermera, médico de cabecera y psiquiatra) y tienen muchas reuniones de grupo. Después del tratamiento residencial, los pacientes también se reúnen con un equipo ambulatorio o son transferidos a un programa ambulatorio intensivo.
Hospitalario: Este tipo de tratamiento está dirigido a personas con trastornos alimenticios graves y son medicamente inestables o personas que tuvieron un tratamiento fallido en un nivel más bajo. Los pacientes reciben 24 horas de supervisión y cuidado hospitalario y tienen un programa bastante estricto. Una vez que el paciente esté medicamente estable, puede volver a casa o dirigirse a tratamiento residencial.
El tratamiento de los trastornos alimenticios varían de persona a persona. Algunas personas solo tienen tratamiento ambulatorio, mientras que otros pueden necesitar una transición a múltiples niveles de cuidado como parte del tratamiento de su trastorno alimenticio. La transición de tratamiento ambulatorio a tratamiento hospitalario o residencial puede ser bastante difícil al comienzo.
Si estás teniendo una transición de tratamiento hospitalario o residencial a tratamiento ambulatorio, aquí están algunas cosas importantes que debes recordar:
- Antes de dejar el tratamiento hospitalario o residencial, organiza un equipo ambulatorio con el que puedan reunirte regularmente. Pídele a tu equipo de tratamiento ayuda para encontrar los proveedores adecuados para ti y que acepten tu seguro médico. Usualmente un equipo ambulatorio consiste de un terapeuta, un dietista, tu médico de cabera o un profesional en enfermería y usualmente un psiquiatra o terapeuta familiar.
- Algunos días serán más fáciles que otros. Está bien y es normal que tengas días difíciles.
- Será tu responsabilidad seguir tu plan alimenticio cuando estés en un centro ambulatorio, no seguir malos hábitos y mantener un peso saludable.
- No tengas miedo de pedir ayuda a tus amigos y familiares cuando sea necesario, especialmente en las comidas. En algunos casos puede que se les pida a tus padres hacerse cargo de tu plan alimenticio.
- Piensa solo en una comida a la vez y trata de no sentirte desanimada de vez en cuando pasas por momentos difíciles.
- Sé completamente honesta con tu equipo de tratamiento y coméntales de tus opiniones acerca de la alimentación desordenada o si empiezas a tener comportamientos poco saludables otra vez.
- Recuerda que tanto el tratamiento como la recuperación es un proceso y eso puede significar volver en algún momento a un nivel más alto de cuidado si tus hábitos o tu peso no mejoran en el nivel de cuidado ambulatorio.
Las reuniones de grupos de apoyo pueden ser de mucha ayuda antes del tratamiento o durante la recuperación. Las personas con trastornos alimenticios muchas veces encuentran muy útiles reunirse con otras personas que experimenten retos similares. Las reuniones de grupo son valiosas y muy alentadoras debido a que los jóvenes pueden compartir historias, sentimientos, logros y métodos de afrontamiento. Las reuniones de grupo pueden ser encontradas en centros de salud locales, agencias o escuelas.
Terapia: Debido a que un trastorno alimenticio es tanto una condición médica como psicológica, la mayoría de las personas con trastornos alimenticios visitan un terapeuta como parte del tratamiento. Aunque algunas personas se sienten avergonzadas acerca de ir a terapia, es importante mantener una mente abierta. Muchos adolescentes, incluso aquellos con o sin trastornos alimenticios, hallan la terapia de mucha ayuda.
¿Por qué debería ver un terapeuta?
Hay muchos beneficios de ver un terapeuta y sus beneficios específicos pueden diferir de persona a persona. Aunque hay muchos tipos distintos de terapia, esta tiende a ser personalizada, lo cual implica que tú y tu terapeuta trabajarán en lo que funcione mejor para ti.
Esto es lo que un terapeuta individual puede hacer por ti:
- Proveer un espacio seguro para compartir (en privado) tus sentimientos sin ser juzgada y sin miedo a causar problemas o herir los sentimientos de alguien más
- Darte un espacio para abordar otros problemas emocionales que puedan estar relacionados al trastorno alimenticio, tal como la depresión, hábitos obsesivo-compulsivos o abuso de sustancias.
- Ayudarte a procesar las partes de tu vida que puedan afectar tu estado de ánimo
- Ayudarte a descubrir lar razones por las que puedas haber desarrollado un trastorno alimenticio, qué función o rol ha jugado en tu vida y qué genera ciertos comportamientos
- Ayudarte a examinar pensamientos poco saludables, equívocos u obsesivos
- Enseñarte formas saludables de superar el estrés y manejar sentimientos fuertes
- Ayudarte a construir autoconfianza, autoestima y una imagen corporal positiva
Un adolescente escribió: “siempre ha sido difícil para mí abrirme, incluso con mis amigos y familiares más cercanos. Cuando finalmente empecé abrirme en terapia y compartir pensamientos y sentimientos de los que nunca hablé antes, pude notar una gran diferencia en mi humor y qué tan feliz empecé a sentirme. Desde entonces, mis amigos me han dicho la gran diferencia que ven en mí y cuán abierto puedo ser ahora. Sé que puede sonar cursi, pero esto no podría haber sido posible si no hubiera ido a terapia”.
¿Qué tipos de terapia puedo encontrar?
Terapia cognitiva-conductual (TCC): Es un tipo de terapia que te enseña cómo estar alerta de los pensamientos que tienes cuando ejecutas ciertos hábitos. Esta terapia se enfoca en los pensamientos y hábitos poco saludables o poco útiles que puedas tener. El objetivo de esta terapia es disminuir los pensamientos negativos o los hábitos poco saludables.
Terapia dialéctica conductual (TDC): Es un tipo de terapia que te anima a aceptar los pensamientos y sentimientos que tienes, pero a la vez a pensar en formas de prevenir comportamientos dañinos. Es básicamente una terapia de grupo combinada con terapia individual. Mantendrás un registro de tus pensamientos y sentimientos para aprender y discutir con tu terapeuta estrategias para afrontar tu trastorno alimenticio.
Terapia familiar: Es un tipo de terapia que te implica reuniones con tus familiares o amigos junto a un terapeuta. Muchos programas de tratamiento incluirán terapia familiar porque puede ser una forma muy útil para discutir problemas y tensiones familiares con la guía de un terapeuta o consejero para encontrar una solución. También puede ser un buen lugar para hablar sobre tu trastorno alimenticio con tus familiares y amigos y cómo ellos pueden apoyarte mejor a lo largo del proceso de recuperación. Nota: Esto es distinto al tratamiento basado en la familia descrito anteriormente.
Terapia grupal: Es cuando tú y otros pares se reúnen como grupo con un consejero y pueden compartir experiencias, historias, metas, etc. Puede ser muy beneficioso hablar con otras personas que estén pasando por los mismos problemas que tú y obtener consejos de los que les ha funcionado.
Consejos:
- Está bien sentirse incómoda al principio. A todos les toma diferentes cantidades de tiempo comenzar a sentirse cómoda abriéndose con un terapeuta. Si es la primera vez que ves a un terapeuta, es normal sentirse un poco tímida.
- Sé honesta. La terapia te da la oportunidad de compartir cómo te sientes en realidad sin sentirte juzgada y sin ofender a nadie. Todo lo que le digas a tu terapeuta es confidencial, a menos que digas algo que pueda preocuparles tu seguridad o la de alguien más. Mientras más honesta seas con tu terapeuta, la terapia será más útil.
- Si no crees que tu terapeuta es el indicado para ti, encuentra a otro. Es muy importante que sientas que puedes confiar en tu terapeuta. Si no conectas con ellos, no sientas miedo de preguntarle a tus padres cómo encontrar otro. Mientras más cómoda te sientas, más fácil será que te abras y seas honesta.