Recuerda
- El herpes genital es una infección de transmisión sexual (ITS) que resulta del contacto sexual con alguien que posee el virus.
- La mayoría de la gente con herpes no tiene síntomas, y no sabe que está infectada.
- Si tienes una lesión en la boca o en los genitales, no tengas relaciones sexuales, consulta con tu médico.
- Hay maneras efectivas de controlar el herpes.
El herpes es una de las infecciones de transmisión sexual más comunes en los Estados Unidos. Es una infección causada por dos virus distintos, pero que están estrechamente relacionados, llamados: virus del herpes simple de tipo 1 (VHS-1) y virus del herpes simple de tipo 2 (VHS-2).
- El VHS-1 se transmite generalmente a través del tacto o los besos, aunque también puede transmitirse por contacto sexual. Las infecciones por VHS-1 pueden causar aftas o ampollas en los labios, lesiones alrededor de los dientes y encías o pueden no presentar síntomas. El VHS-1 también se propaga por contacto sexual y puede causar herpes genital.
- El VHS-2 casi siempre se transmite por contacto sexual y puede causar herpes genital con lesiones dolorosas en la zona de la vulva, cuello uterino, ano y pene.
¿Qué tan común es el herpes?
Casi un 90 por ciento de las personas en los Estados Unidos sufrirá en algún momento de su vida de herpes oral (aftas/llagas) causado por el virus herpes simplex de tipo 1. En los Estados Unidos, 1 de cada 6 personas al año son diagnosticadas con herpes genital causado por VHS-1 o VHS-2. Sin embargo, mucha gente no sabe que tiene herpes porque nunca ha tenido o notado los síntomas. El herpes genital es más común en mujeres que en hombres.
¿Cómo se transmite el herpes?
El herpes se transmite a través del contacto con la piel o mucosa infectada, secreciones vaginales, anales o del pene, o fluido oral de una persona que está infectada con el virus. Esto incluye tocar, besar y el contacto sexual (vaginal, anal, de pene y oral). Las zonas húmedas de la boca, la garganta, el ano, la vulva, la vagina y los ojos se infectan muy fácilmente. El herpes puede pasarse de una persona a otra, o de una parte de tu cuerpo a otra. Si una persona tiene aftas o llagas orales, puede transmitir el virus durante sexo oral y causar herpes genital. La piel puede infectarse si está cortada, irritada, quemada, con sarpullido o con otras lastimaduras El herpes se propaga más fácilmente cuando hay llagas abiertas, pero también puede transmitirse antes de que lleguen a formarse las ampollas o incluso de gente sin síntomas. Es muy poco probable que el herpes se transmita a través de asientos de inodoro, piscinas, bañeras, hidromasajes o toallas húmedas. Una madre infectada puede pasarle el virus a su bebé durante o después del parto. Las mujeres embarazadas que se infectan por primera vez cerca del parto probablemente transmitirán el virus a su bebé. Las mujeres embarazadas siempre deben decirle a su médico si han tenido o han sido expuestas al herpes.
¿Cuáles son los síntomas del herpes oral?
Por lo general, el primer contacto oral con el herpes no causa síntomas, pero puede provocar lesiones en la boca alrededor de los dientes y encías (gingivoestomatitis). Normalmente, la infección aparece luego en forma de pequeñas ampollas en los labios, como un brote de una infección previa. Los brotes son más comunes durante resfríos, fiebre y exposición al sol. El herpes oral puede transmitirse por contacto, como, por ejemplo, al besarse o durante el sexo oral. El contacto directo por un período de tiempo breve es suficiente para transmitir el virus. Las aftas pueden producir herpes genital a través del sexo oral. Si tienes herpes oral, debes evitar el contacto con bebés recién nacidos.
¿Cuáles son los síntomas del herpes genital?
La infección genital del herpes puede no causar ningún síntoma, y la persona puede desconocer tener el virus hasta que se lo transmita a otra persona o tenga síntomas cuando el virus se reactive. Si se tiene síntomas, éstos incluyen frecuentemente bultos o lesiones dolorosas (también llamados vesículas). Estas protuberancias o lesiones pueden confundirse con otros sarpullidos (como un grano o pelo encarnado). El primer brote es generalmente el peor y más doloroso, y ocurre de 2 a 20 días luego de tener contacto con el virus. Las llagas normalmente desaparecen en 2-3 semanas.
Cuando una persona se infecta con el virus primera vez, se le llama “herpes primario”.
Los síntomas incluyen:
- Hormigueo en la zona genital al principio.
- Pequeñas protuberancias rojas y dolorosas que se convierten en ampollas en 24 a 72 horas. Pueden aparecer en los labios, clítoris, vagina, vulva, cuello uterino, ano, muslos o glúteos en las niñas, y pene, escroto, ano o glúteos en los niños.
Otros síntomas de la infección de herpes primario pueden incluir:
- Ardor, sensación de dolor si la orina pasa por encima de las llagas; incapacidad de orinar si hay hinchazón en la vulva (debido a la presencia de muchas llagas)
- Ganglios linfáticos hinchados y sensibles al tacto en la ingle, cuello y axilas (la hinchazón puede durar hasta 6 semanas)
- Dolores musculares
- Dolor de cabeza
- Fiebre
- Náusea
- Sensación de decaimiento
- Sentirse dolorido, como con gripe
Los síntomas generalmente desaparecen dentro de 2 o 3 semanas o más rápido si te tratan con medicación. Normalmente aparece una costra sobre las llagas y éstas sanan sin dejar cicatriz. Pero aun después desaparecer, el virus queda en el cuerpo, aún con tratamiento. La infección puede brotar nuevamente y volver a causar llagas días, semanas, meses o hasta años después (“brotes”). Por lo general, los síntomas son peores durante el herpes primario y más leves en los “brotes”.
¿Cómo se diagnostica el herpes?
Tu médico puede diagnosticar el herpes observando las llagas durante un examen físico y haciendo un análisis de la muestra de fluido tomada de las llagas para ver si tienes VHS-1 o VHS-2. También hay análisis de sangre específicos, que pueden ser útiles en algunos pacientes para saber qué tipo de virus causó los síntomas o para averiguar si la pareja se ha infectado con el herpes. El análisis del herpes puede o no estar incluido cuando tu médico haga exámenes para otras infecciones de transmisión sexual (ITS), porque el Centro para Control y Prevención de Enfermedades (CDC) no recomienda un análisis de rutina. Si crees que tienes síntomas de herpes o tienes una pareja con herpes genital, hazte ver de inmediato por tu médico y pregúntale si necesitas exámenes o tratamiento.
¿Hay tratamiento para el herpes?
Sí. Tu médico puede recetarte medicamentos que ayuden a que sanes más rápido, hagan que los síntomas sean menos dolorosos y disminuyan el riesgo de que aparezcan brotes. Estas medicaciones no matan el virus y no impiden que reaparezcan brotes en el futuro. Aunque no tengas ningún síntoma, el virus está en tu cuerpo y puede reactivarse en cualquier momento. Sin embargo, con el paso del tiempo, generalmente hay cada vez menos brotes y éstos causan síntomas menos severos. Los brotes pueden ser prevenidos o tratados temprano con medicación antiviral para aliviar los síntomas.
¿El tratamiento cura el herpes?
No. A pesar de que el herpes no se puede curar, ¡se puede tratar! Para el herpes oral, usar protector solar en y alrededor de los labios y una gorra, pueden disminuir la posibilidad de tener ampollas por exposición al sol. Medicamentos orales, recetados por tu médico, pueden usarse para tratar una infección de herpes, prevenir reapariciones de herpes genital, y disminuir las probabilidades de pasar la infección a parejas.
¿Hay algo que yo pueda hacer para aliviar mis síntomas?
- Mantén las heridas limpias y secas.
- No toques las llagas. Si lo haces, lávate bien las manos con agua y jabón.
- Usa ropa interior y prendas sueltas y de algodón para evitar la fricción de tu ropa con las llagas.
- Toma baños de agua tibia o fresca.
- Prueba aplicarte compresas frescas o bolsas de hielo sobre las lastimaduras por unos minutos, varias veces al día.
- Bebe abundante agua.
- Descansa bastante.
- Toma acetaminofeno o ibuprofeno para ayudar con el dolor y la fiebre.
- Si sientes dolor al orinar, siéntate al revés en el inodoro para que la orina no toque las llagas u orina en una ducha o baño cálidos. También puedes usar ambas manos para separarte los labios de la vulva y evitar que la orina toque las llagas. Es importante lavarte las manos inmediatamente después de tocar tu vulva para que el virus no se propague a tus dedos o cara.
- No toques o refriegues tus ojos; no humedezcas tus lentes de contacto con saliva.
- Lávate las manos antes de tocar los lentes de contacto.
Puedes tener señales de alerta temprana de que un brote está por venir. Estas señales incluyen: hormigueo, ardor y picazón donde has tenido heridas antes. Estas señales pueden comenzar unas horas o días antes del brote.
¿Con qué frecuencia ocurren los brotes?
La mitad de las personas que tiene herpes no vuelve a tener brotes después de la primera aparición de síntomas, en especial si el herpes era VHS-1. Algunas personas sólo tienen unos pocos brotes, mientras que otras tienen muchos. Algunas personas pueden tener muchos brotes seguidos y luego pasar meses o años sin tener ninguno. Las personas con enfermedades que debilitan el sistema inmunológico, como la leucemia y el VIH, son más propensos a tener más brotes y a tener síntomas más dolorosos y que duran más tiempo.
¿Cuál es la causa de un brote?
No está claro cuál es la causa de los brotes. Algunas ideas al respecto son: otras infecciones, tensión física o emocional, fiebre, cirugía, menstruación, relaciones sexuales, irritación de la piel (quemaduras o exposición solar), traumas, alcohol o problemas en tu sistema inmunológico.
¿Hay algo que yo pueda hacer para prevenir los brotes?
Asegúrate de comer una dieta saludable, descansar lo suficiente, hacer ejercicio y encontrar maneras de aliviar el estrés. Si tienes brotes frecuentes o severos, habla con tu médico sobre la posibilidad de tomar medicación para prevenirlos o tratarlos temprano.
¿Cómo puedo prevenir la transmisión del herpes?
- Si estás teniendo un brote de herpes, no debes tener ningún contacto sexual hasta que todas las llagas hayan sanado, las costras se hayan caído y la piel haya vuelto a la normalidad.
- Usar condones disminuye las probabilidades de tener herpes, pero no evita del todo la transmisión de la enfermedad ya que el condón no puede cubrir todas las zonas del cuerpo donde pudiera haber infección de herpes. Tocar las llagas puede propagar el herpes a otras partes del cuerpo o a tu compañero.
- Si tu piel ha vuelto a la normalidad y no tienes ningún síntoma de herpes, puedes volver a tener contacto sexual, pero aun cuando no hay síntomas el herpes se puede propagar. Siempre debes usar un condón cuando tienes relaciones sexuales por vía oral, vaginal o anal.
- Si aparece cualquiera de las señales de advertencia típicas de que puede producirse un brote: sensación de hormigueo, ardor y picor donde estaban las llagas antes, debes dejar de tener contacto sexual de inmediato hasta que el brote termine. Estas señales pueden empezar unas horas o un día antes de que aparezcan las llagas.
- Habla con tu médico/a para saber si debes tomar medicación para disminuir la probabilidad de transmitir herpes a tu pareja. Es útil que tu pareja se haga un análisis de sangre de anticuerpos específicos del herpes para saber si ya han tenido la infección. Si obtiene un resultado positivo en el análisis del tipo de herpes que tú has tenido, entonces no necesitas tomar medicación para prevenir la transmisión. Las mujeres embarazadas sobre todo deben evitar tener una infección de herpes, y decirle a su médico si alguna vez han tenido síntomas de herpes genital.
¿El herpes puede causar cáncer cervical?
No. El cáncer de cuello uterino es provocado por la infección con determinados virus del papiloma humano, no por el herpes. No obstante, puedes hablar con tu médico sobre hacerte una prueba de Papanicolaou cuando cumplas 21 años.
¿Hay alguna relación entre el herpes y el SIDA?
Las personas que tienen herpes u otras enfermedades de transmisión sexual que causan lesiones genitales, son más propensas a contraer VIH. Las llagas proveen un lugar por el cual el VIH puede entrar al cuerpo y comenzar a propagarse. Si una persona con VIH contrae también herpes genital, es probable que la infección sea más severa.
Si bien es normal tener diferentes reacciones luego de enterarte de que tienes herpes, recuerda que se puede controlar. A muchas mujeres jóvenes les resulta útil hablar con un consejero u otras personas que tienen herpes. Los grupos de apoyo pueden proporcionar un ambiente seguro para conectarte con otros, y un lugar donde puedes aprender sobre el herpes y cómo controlar los brotes y relaciones sexuales.
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